Me chiflan los desayunos: ahí es donde puedes mezclar salado con dulce a porrillo mientras paladeas un rico café. Por eso, los días especiales, me gusta empezarlos con un desayuno diferente al de los de diario, que suelen ser más rápidos y no se dispone de tanto tiempo para preparar algo más allá de unas tostadas o un bocadillito. 

Este lunes cumplo 33 años (ojos de sorpresa, que no los aparento para nada, venga, va...) y me vino a la cabeza mi amada Nutella. '¿Con qué quedaría bien algo de Nutella...?' y al instante visualicé unos pancakes. Manos a la obra:

En esta ocasión varié algunas recetas que encontré por la red y usé los siguientes ingredientes:

· 200 ml de leche (entera, semi o desnatada; incluso sin lactosa, como la que yo uso habitualmente)

· 150 gr de harina (utilicé la especial para repostería)

· 1 cucharada sopera de azúcar

· 1 huevo

· 1 cucharadita de mantequilla 

· 1 cucharadita de levadura 

· 1 pizca de sal

· Unas gotas de concentrado de vainilla

RECETA:

· Derrite la mantequilla. Lo ideal sería que la tuvieses a temperatura ambiente, pero para que quede totalmente líquida, puedes ponerla unos segundos en el microondas. 

· Mezcla la mantequilla con el resto de ingredientes húmedos (esto es: el huevo, la leche y las gotitas de vainilla) y bátelo hasta que quede totalmente mezclado.

· En otro bol, mezcla los ingredientes secos: la harina, la levadura, la sal y el azúcar. Una vez los tengas integrados, ve añadiéndole la mezcla líquida, removiendo con unas varillas hasta que todo quede bien ligado. 

· Ahora que ya tienes la masa de pancakes lista, prepara una pequeña sartén. Empapa con unas gotas de aceite un papel de cocina y repasa todo el interior de la sartén. Ya puedes ponerla a fuego fuerte. 

· Coge un cucharón sopero y carga con la masa del pancake. No hace falta que esté completamente lleno, basta con la mitad o tres cuartos. Échalo sobre la sartén y baja el fuego a medio. Espera a que a la masa le salgan algunas burbujas y podrás darle la vuelta con la ayuda de una espátula. Déjalas unos 10 segundos más y ya podrás sacarla. (A mí me gusta que queden doraditas, como veis en la foto, pero eso ya va a gustos) 

· Esa será tu primera pancake: mucha gente la usa como medida de temperatura y forma para las siguientes, pero yo suelo utilizarla igual. La reservamos en un plato y la taparemos con un trapo de algodón o un papel de cocina. 

· Vuelve a repasar la sartén suavemente (¡y ojo con no quemarse!) con el papel untado en aceite y vuelve a repetir la acción del cucharón para ese segundo pancake. Una vez lo tengas listo, destapa el papel de cocina o paño y pon el segundo pancake encima del primero y vuelve a taparlo. Así sucesivamente con todos los que nos salgan (dependerá de la porción de masa que uses en cada pancake, pero con este receta saldrían entre 8 y 12) con tal de mantenerlos calentitos.

A la hora de servir, lo ideal es llevarlos tal cual a la mesa y que cada uno se ponga lo que más le guste: chocolate, miel, sirope de ágave, nata,... 

En mi caso, como bien os decía, me encanta mezclar dulce con salado, así que dividí los 8 pancakes que me salieron en esta ocasión e hice una torre de 4 con queso y jamón dulce (con unas pinceladas de miel por encima) y otros tantos los unté con Nutella, uno encima de otro.

Et voilà!! Espero que os guste y que empecéis muchas mañanas especiales con estos pancakes esponjosos. 

¡Yummy abrazos!